Todo lo que la vida nos pone frente a nuestros ojos, nosotros mismos lo vamos decorando y redireccionando en base a pensamientos, estructuras mentales, miedos y emociones, como enojos, broncas, alegrías, … dependiendo de lo que asocia nuestra mente respecto a alguna situación similar anteriormente vivida. Y lo que hacemos es ir cerrando posibilidades y distrayendo a la mente. Sin permitirnos sentir realmente lo que sucede adentro nuestro, creando un constante juicio interno, etiquetando y encasillando todo para aferrarnos más desde el ego, a lo que se parezca a nuestra forma, a aquella que adoptamos en algún momento de la vida, y que, si no se asemeja, lo descartamos o lo creemos “malo”, “diferente”, y por ello lo obviamos y no le damos lugar en nuestra vida. Y apartando esto nos sentimos mejor y de esta manera vamos resolviendo y “superando los problemas” que la vida nos ofrece para avanzar.

Sumado a esto, a veces, nos vamos alejando de ciertas personas o cortando ciertos lazos, como relaciones de pareja, familiares, amistades y hasta laborales, y sociales, sin darnos cuenta que estamos evadiendo, lo que se pone frente a nuestros ojos, a lo que nos muestra la vida para ajustar, rever, modificar, o simplemente observar para mejorar.
Y no estoy diciendo que por eso nos tengamos que llevar bien con todos, pero si, muchas veces, las cuestiones de distanciamiento se pondrían evitar si cada uno trabajara internamente y cara a cara con esa situación que nos molesta del otro. Pero claro, ver en el otro el problema que es mío, es mucho más fácil que hacerme cargo de lo que me corresponde. O a veces se da por diferencias de ideales, de formas o fanatismos religiosos, políticos, o de cualquier índole, que solamente crean mas y mas desunión, en vez de realmente aceptar al otro como es. Pero nuestro ego es tan fuerte, que jamás, podríamos aceptar eso que el otro cree, porque sentimos que nos identificamos con tan sólo escucharlo.
Y así vamos creando más y más desunión, creyendo que esta es la fórmula de atravesar los obstáculos y de crecer como humana y socialmente. Separándonos, diferenciándonos y alejándonos.

Y eso no es enfrentar, eso es negar, eso es obviar un problema. Y sin darnos cuenta estos sucesos no enfrentados nos van cerrando el alma, desde lo que pensamos, o sea desde la mente, cerrando nuestro corazón.

Haciendo que el sentir rompa la alineación con nuestra acción y con nuestro verdadero amor.

Sin embargo, entiendo que muchas veces no tenemos las herramientas para crear o reparar esos puentes y nos enojamos y chau, lo negamos. Pero esto adentro se acumula y salta cuando algo nos lo recuerda, estancándose, pero reviviendo y alimentándose más y más hasta estallar, junto a otra emoción y resurgiendo como dolor y hasta con una enfermedad.
Entonces, es ahí cuando ni siquiera nos detenemos a ver qué podemos hacer, pero si podemos ir un paso antes, podremos prevenir, y así cuidarnos. O podemos ver que es lo que nos trae ese dolor o porque creamos tal emoción.
Y luego saldrá lo que saldrá, nos podrá ir mejor, otras no tanto, algunas cosas podremos enfrentar con mayor facilidad, y otras nos costaran más, pero el intento ya abre puertas para permitirnos avanzar. Y esto ya es un re paso.

Y para esto existe la atención hacia adentro, la introspección, la conexión hacia lo real de cada uno, eso que debemos descubrir, siendo genuinos con nosotros mismos, que por cierto, varia totalmente en cada ser. Por eso somos los únicos que sabemos que somos y que necesitamos para estar en armonía y balance con la vida.

Y si no sabemos por dónde empezar, o no sabemos que hacer, es muy valioso y de sabio pedir ayuda, ya que para eso grandes almas nos dejaron grandes conocimientos y herramientas que nos simplifican muchos procesos, y nos ayudan a evolucionar humanamente y como sociedad. Para que empezar de cero con los avances que ya tenemos?. Esto no significa que no puedas probar sola o por tu cuenta, pero el tema es que tu cabeza va a ir mecánicamente hacia donde quiere ir, sin dejarte salir de ciertos círculos viciosos que crea la mente. Porque además, tener en cuenta que lo que le pasa a uno, le puede pasar a otro, Por eso creo necesario conocer recursos para poder experimentar por cuenta propia, y aprovechando la sabiduría de otros para potenciarnos y atravesar estos procesos.
Sin miedo a mostrarnos vulnerables frente a esta sociedad que se muestra fuerte y sin debilidades, (pero que tan así no es, ya que las redes sociales no muestran la realidad que vive casa ser). Ya que considero que el punto es atravesar todo lo que tenemos delante. Pero para esto primero debemos tener los ojos abiertos, aprender a observarnos por dentro y fuera y aceptar lo que nos sucede para ver que debemos transmutar y que vinimos a aprender, para estar verdaderamente bien.

Y para esto, debemos dejar que eso que no nos gusta nos afecte, simplemente para detectar el ruido interno que me genera y de esta manera conocerme y luego si, lograr disipar esa sombra. Y para esto hay que aquietar nuestra loca mente que va y viene constantemente desenfocándonos de eso que debemos atender. Hay una frase budista que dice que cuando las aguas se calman el barro se aquieta separándose el agua clara, y que recién ahí podemos comprender, pero si seguimos movimiento y mezclando la tierra con el agua, el agua por mas pura que sea, va a teñirse oscura y embarrada.

Ya que constantemente creamos círculos viciosos que giran sin cesar, hasta marearnos por completo. Tiñendo todo de un mismo color, sin diferenciar, ni lo que pensamos, ni lo que sentimos, en desconexión total con nuestra verdadera intuición.
Porque no se trata de racionalizar todos los sentimientos, simplemente puede ser una herramienta para observarnos y conocernos mejor, pero esto de trata de ir más profundo aun, hay cosas que no se solucionan con la mente. Hay cosas que se sanan solo desde un plano espiritual.
Por eso, el trabajo interno es lo que nos va a ayudar a vaciar nuestra mente para conectar con el alma, con la verdadera esencia del ser. Todos vinimos a avanzar, a crecer… y a aprender de nuestro alrededor, de todo y de cada cosita q sucede, y cada ser que se posa frente nuestro.

Está en nuestra actitud tomar esto como aprendizaje, está en nuestra actitud, pausar la mente y escuchar al corazón, está en nuestra actitud detectar el abanico de posibilidades que tenemos, está en nuestra actitud actuar desde el amor y, para el amor.
Ya que nuestra postura frente a la vida va a definir cómo tomamos, enfrentamos, atravesamos, transformamos la vida y nos nutrimos de lo que en ella sucede.
Desde nosotros, sin esperar nada, sin depositar la bronca en el otro, sin actuar con maldad. Y, como importante, sin identificarnos con lo que le sucede al otro, no tomarlo personal. Ser capaz de detectar mi real sentir, y no “castigarme” frente a lo que el otro carga. Cada uno cumple su rol, cada uno viene con su bagaje. Y debemos hacernos responsables de lo que nos sucede y de utilizar nuestras fortalezas y alimentar nuestras debilidades.

El trabajo de uno está en ser ecuánime frente al exterior y conectarse con uno mismo. Con el real sentir, actuando por lo que uno realmente quiere y le corresponde. Dejando que cada uno se haga cargo de lo que elige y la actitud que toma frente a la vida. No podemos hacernos responsables por todos, pero si podemos hacernos responsables de nosotros.
Ojalá esto te ayude a enfocarte en vos, a ser realista y valioso con vos mismo, actuando siempre desde el corazón, y creando lazos de amor. Liberándote de tu maya, del velo que tiñe tu mirada sobre la verdad. Porque sino nada va a tener sentido… si tu postura genera más conflicto y dolor es porque no hubo amor, ni intento de empatía hacia vos mismo. Obviamente, esta es mi forma de ver. Ahora te pregunto, Cuál es la tuya?.

Hay mucho más por describir en este tema, pero esto al menos es una resumida mirada para que tomemos consciencia de cómo nos estamos manejando internamente y que hay otras salidas y maneras de ver una misma cosa.

Que tengas un maravilloso día, hasta la próxima,
Reflexiones by Be.

“Podrán decir que soy un soñador, pero no soy el único.” J.L.